Cuento en base a nuestro sueño
"Nosotros los extraños"
Era un día normal en el colegio. Cada uno de mis compañeros se sentó en su lugar, abrieron su libro como todas las mañanas, y la luz entraba por la ventana, cayendo justo sobre el pizarrón. Pero cuando el profesor entró, algo en su mirada hizo que notáramos que algo estaba pasando. Nadie dijo nada, pero todos estábamos viendo lo mismo: su rostro comenzaba a cambiar lentamente. Sus ojos brillaban más que de costumbre, y cada vez que hablaba, sus dientes se alargaban y su cara se tornaba más pálida.
Sin decir una palabra,
salimos corriendo. Los pasillos se veían más oscuros, el aire era más denso. Lo
extraño, sin embargo, era que todos las demás personas que habitaban el
colegio, como los profesores, el kiosquero e incluso el director, parecían actuar
como si nada estuviera ocurriendo. La secretaria nos miraba, desconcertada,
como si no entendiera lo que pasaba, pero su rostro también se estaba
transformando.
Seguíamos corriendo,
buscando una salida. Al llegar a la puerta, descubrimos que toda la cuadra
estaba invadida. Los vampiros se habían apoderado de la ciudad. Pero algo no
encajaba. Lo raro no era su presencia, sino la normalidad con la que se
comportaban. No había miedo ni maldad en
sus ojos, solo una inquietud de nuestra parte.
Estaban ahí, quietos,
observando, pero no parecía que nos prestaran mucha atención a nosotros.
Uno de mis compañeros
preguntó, en voz baja, “¿Qué está pasando?”, pero nadie respondió, como si no
hubiera forma de explicarlo. Nos miramos unos a otros, sin saber qué hacer. Y
en ese momento, todos pensamos lo mismo, sin necesidad de decirlo en voz alta:
“¿Y si siempre fuimos nosotros los extraños?”
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